¿Cuántas personas trans te atendieron en un café o en una oficina pública? ¿Cuántas te llevaron en un taxi? Las preguntas las hace Claudina Rukone, activista trans integrante de la agrupación LOTO (Libertad y Orgullo Trans Organizadx), y con ellas invita a romper con la indiferencia y complicidad respecto a la realidad de la comunidad en nuestro país: sólo el 18% de las personas travestis y trans tuvieron acceso a trabajos formales, y el 95% están o estuvieron en situación de prostitución. “Si no estamos en la visual del resto de la sociedad es porque estamos en los márgenes, ocultas”, plantea Claudina.
El 27 de febrero la Corte Suprema de Justicia de Tucumán aprobó el cupo laboral trans dentro del Poder Judicial de esa provincia. La Acordada contempla que el 1% de los cargos del Poder Judicial esté destinado a personas trans. “Fue una sorpresa porque el proyecto fue abandonado en 2018 cuando se presentó y no nos dieron ningún tipo de esperanza. Es un avance importantísimo para esta provincia, que está dirigida por la Iglesia y personas con una mentalidad retrógrada y arcaica”, dice Claudina. Ella forma parte del Frente por el cupo laboral Trans, impulsado por la organización a la que pertenece junto a gremios, movimientos y asociaciones.
El cupo laboral trans plantea la responsabilidad y obligatoriedad del Estado de garantizar opciones de vida a una comunidad históricamente relegada, para quienes la expectativa de vida ronda en los 35 años. “La calle es el único espacio que nos contiene. No podemos seguir viendo a compañeras muriendo por hambre, por adicción. La prostitución no es una vía sana de trabajo, y lo sabemos por todas las compañeras que han terminado de la peor manera”, enfatiza.
Sólo en cinco provincias está aprobada la ley de cupo trans, pero en ninguna se cumple.
(tiempoar)