Argentina está en el top ten de un ranking aberrante: es uno de los
países donde se consume la mayor cantidad de pornografía infantil. Esta
semana detuvieron a un pediatra del Hospital Garrahan acusado de
producir, facilitar y distribuir pornografía infantil.
Ricardo
Guillermo Russo, de 55 años, estaba al frente del área de inmunología y
reumatología del centro de salud desde hace 26 años. El martes fue
detenido después de que la Justicia encontrara en su computadora
centenares de fotos y videos con niños de distintas edades en
situaciones sexuales. Repugnante.
El caso tiene como raíz una
investigación de la Homeland Security de los Estados Unidos, el FBI y el
Ministerio Público de la Acusación de Brasil llamada "Luz de Infancia
III", que reveló la existencia de varios hechos de distribución de
contenido pornográfico infantil que realizaron usuarios radicados en
estos tres países a través de la plataforma P2P "E-mule". En las
imágenes se ven situaciones compatibles con un consultorio médico, pero
aún no está certificado que sean instalaciones del Garrahan o
particulares.
Pero ¿existe un patrón común para identificar a
estas personas? ¿Cómo es su vida diaria? ¿Cómo se mimetizan con la
sociedad? Por lo general su personalidad no hace prever desde afuera que
tengan una conducta desviada. Suelen ser correctos, amables y, por
supuesto, no son violentos. En un reportaje con Jorge Lanata, en Radio
Mitre, el médico psiquiatra Hugo Marietán enumeró una serie de
características particulares para detectar pedófilos.
Un patrón común
"Por
lo general buscan profesiones o trabajos para estar en contacto con los
chicos. Profesores de música, profesores de educación física,
pediatras, también hay sacerdotes. Toda actividad que le permita
acercarse a los niños. Por eso son perversos disfrazados de…".
Por
su consultorio han pasado muchos perversos, psicópatas y también ha
tratado casos donde tenían ambas patologías. "Algunos llegaron porque
cuando son condenados los mandan a hacer terapia. Otros porque la mujer
sospecha de algo. Pero todos tienen como fachada la familia, una mujer e
hijos", sostuvo.
"No hay tratamiento porque es una condición
sexual, no es una enfermedad. En todo caso sería una anomalía social.
Así como está el sádico o el masoquista, también hay pedófilos", aseguró
el psiquiatra.
Marietán definió al pedófilo como "aquel que
tiene una anomalía en sus gustos sexuales, que se erotizan con personas
por fuera del rango normal, que no tienen las características
secundarias de atracción. Por ejemplo, las que se producen recién
después de la adolescencia con las mamas, los glúteos y la estructura
corporal. Estas personas se excitan antes de que llegue ese período".
Según
su experiencia, esa atracción ocurre con niños de entre 4 y 7 años. "Se
erotizan con chicas o chicos que no tienen las características
secundarias sexuales desarrolladas".
En el caso de Russo, donde
habría imágenes de bebés, se está ante la presencia de alguien que no
tiene posibilidad de cambiar. "Quienes se excitan con bebés son
perversos muy intensos. Y como todos los perversos son irreversibles. Y
si tienen una acción sexual sobre el chico, de cualquier naturaleza,
estamos hablando también de psicopatía, un poder ejercido sobre un chico
que tiene la máxima indefensión posible. Un bebé no tiene ninguna
posibilidad de defenderse de cualquier agresión sexual", afirmó el
especialista.
Incluso, en estos casos donde se está actuando con
un poderío brutal y salvaje, Marietán planteó la posibilidad de que este
tipo de acciones esté rondando un delito de lesa humanidad.
El origen
Para
Marietán, es complejo saber cuál es el origen de esta patología tanto
en hombres como en mujeres. "En la enorme mayoría de los casos de estos
perversos, decir que han sido abusados no tiene ningún sustento. Estos
tampoco nacen así. Solo tienen esta condición sexual de erotizarse
cuando todavía no están los elementos necesarios para la erotización. No
es algo hereditario. No está comprobado que de un padre perverso salga
un hijo perverso o de un abuelo perverso salga un nieto perverso. Pero
sí se ve este perfil desde muy chicos", explicó.
¿Toda persona
que consume pornografía infantil es un abusador sexual? ¿Hay gente que
solo consume la pornografía pedófila y nunca abusa de un menor o es un
estadio previo al abuso?
"El que consume pornografía infantil es
un pedófilo. Pedófilo es quien se erotiza con la imagen de un niño. Si
además abusa físicamente o se masturba, por ejemplo, eso es una
agravación de la pedofilia. Es un perverso pedófilo", enfatizó Marietán.
El
psiquiatra consideró que existe gente que toda su vida consume
pornografía pedófila y nunca pasa a la acción. Sin embargo, en algún
momento se animan a hacer realidad la fantasía que tienen mirando esa
pornografía. "Algunos pueden transcurrir muchos años de su vida sin ir a
la acción directa, pero son una bomba latente y cuando tengan la
oportunidad lo pueden hacer. Es una persona de riesgo para los chicos",
advirtió.
Conciencia moral
"Estas
personas tienen registro de la aberración de los actos que cometen. Por
eso se mantienen ocultos. ¿Y quién se mantiene oculto? Aquel que está
haciendo una acción que no quiere ser visible públicamente. Además,
cuando publica o distribuye el producto de sus aberraciones, también lo
hace en una red oculta (deep web). Eso quiere decir que su cabeza sabe
perfectamente que está trabajando con un material de altísimo riesgo
para él mismo, es decir que es muy delictivo, y lo hace todo
clandestinamente", explicó Marietán.
Según este médico
psiquiatra, estas personas no sufren por su condición, todo lo
contrario. "Son grandes gozadores del producto, por eso lo repiten. No
creen estar enfermos; por el contrario, creen que están disfrutando de
una exquisitez, de algo exótico", reveló sobre el perfil del pedófilo.
Ayuda
"Si
eso existiera, inmediatamente después de la primera vez de ese impulso
de atracción sobre un chico la vergüenza y la culpa te retrotraería a la
soledad. Por el contrario, estas personas salen a cazar a su presa y se
valen de instrumentos. Porque hay que acercarse a un chico,
conquistarlo, hablar su lenguaje, saber sus gustos, y hay que ser
carismáticos, agradables y simpáticos para poder conquistar a los
chicos", advirtió el psiquiatra.
En tal sentido, Marietán aseguró
que la castración química no sirve para nada. "El disfrute del perverso
radica no solamente en la penetración en sí, sino en la contemplación,
incluso el manoseo, y a veces algunos que son más agresivos pueden usar
instrumentos externos para introducir en las cavidades de los chicos",
resumió.
Qué hacer
Para Marietán, por
el momento no se cuenta con elementos concretos. "Desde el punto de
vista de la psicopatía y la perversión, estos tipos no cambian nunca, y
si los soltás en la sociedad van a seguir haciendo el mismo daño, porque
es su condición sexual. No es que a partir de la cárcel él dice: '¡Oh!,
estuve equivocado y ahora sí me dedico a las chicas adultas'",
describió.
"Una normativa del Garrahan es que el padre esté
siempre presente junto al médico, pero tampoco uno puede pensar
constantemente en esto porque podemos correr el riesgo de anexar la
palabra pediatra a la palabra pedófilo. Ese es un monstruo disfrazado de
pediatra", añadió.
Finalmente, el médico psiquiatra consideró
necesaria una legislación y mantener a estas personas siempre bajo
control. "Si largás una bestia de estas a la sociedad, la sociedad tiene
que saber que hay un vecino pedófilo", concluyó.
(infobae)