Decenas de organizaciones sociales reclaman su libertad
El drama de Yanina Farías: mataron a golpes a su beba de dos años y podría ser condenada por "mala madre"
LA PLATA, 13-05-2019 | PUBLICADO POR REDACCIÓN
Está presa en un penal desde desde 2017: la acusan de no haber hecho lo posible por defender a su hija. El juicio en su contra está en su etapa final.
Por Miguel Prieto Toledo
En la tarde del 6 de agosto de 2017, Yanina Farías (32) cambiaba a
Xiomara, su beba de 2 años, en la pequeña casilla en la que vivía en el
barrio Cuartel V de la localidad bonaerense de Moreno. La nena lloraba
por algún motivo y no paraba de hacerlo. Alfredo Leguizamón (44), un
amigo de su madre que se había instalado en la misma vivienda algunas
semanas atrás, comenzó a los gritos a exigirle a la mujer que callara a
Xiomara. La violencia invadió sin pausa la escena hasta que de un
momento a otro, el hombre se impuso a la joven madre, la corrió a la
fuerza y después comenzó a golpear a Xiomara hasta dejarla gravemente
herida. Todo delante de J.G., otro de los hijos Yanina, que con sólo 4
años presenció cómo dejaban a su hermana al borde de la muerte.
Yanina
no tuvo capacidad de reacción. Lo único que pudo hacer fue tomar a su
hija inconsciente y llevarla a un centro de atención inmediata. Fueron
tantos los golpes que los médicos ordenaron su traslado inmediato al
hospital de Moreno y de ahí al hospital Garrahan, donde finalmente
murió. Ya en este punto Xiomara no estaba en compañía de su mamá, pues
horas antes había quedado detenida –junto a Leguizamón– como presunta
cómplice del crimen.
Leguizamón enfrenta hoy la acusación de
homicidio simple agravado por alevosía mientras que Yanina deberá
responder por los delitos de homicidio por omisión agravado por el
vínculo y abandono de persona. Para el fiscal de la causa, Guillermo
Altube, Farías pudo haber hecho algo más por la vida de su hija. Por eso
fue puesta en prisión de inmediato en la cárcel de Magdalena, tras
obtener una orden de la jueza de Garantías Adriana Julián y en las
próximas semanas podría ser condenada en un juicio que le sigue el
Tribunal Oral Criminal 4 de Mercedes, integrado por Fabián Brahim,
Viviana Guerrieri y Miriam Rodríguez.
El caso despertó un interés
inusitado de diversos sectores y la movilización de decenas de
organizaciones sociales que sostienen que Yanina Farías es una víctima
más de Leguizamón y no su cómplice. La historia, para estas
organizaciones, no se remonta sólo al momento del crimen: detrás se
esconde una vida de golpes, abusos sexuales, violencia extrema, abandono
y miseria.
Verónica González es periodista e integrante de REDI
(Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad), una
organización que acompañó a Yanina en todo el proceso legal. Conoce como
pocos el contexto en que vivía la joven. En diálogo, relató entre
varias cosas, detalles de la vida de la acusada, cómo terminó Leguizamón
viviendo en la casa y explicó por qué cree que debería ser absuelta en
un juicio que considera absurdo.
El origen del crimen de Xiomara y la condena "por mala madre"
Yanina
vivía en la casa de su padrastro y su mamá, junto con sus tres hijos:
una nena (Xiomara) y dos varones. Su madre en un momento se separó del
padrastro y abandonó la casa. Farías, en cambio, decidió quedarse con su
papá y los tres menores.
Después de un tiempo, la mamá le pidió
un favor a Yanina: le dijo que le cuidara su casa porque tenía un viaje
planeado a San Luis con su nueva pareja. La joven aceptó y se instaló
con los dos más chicos. El mayor se quedó con el abuelo porque tenía que
ir a la escuela. Así pasaron los días hasta que sucedió algo que
cambiaría todo.
Al poco tiempo llegó la madre y se instaló en la
vivienda con Leguizamón. No quedó nunca claro si el hombre era amigo de
la familia o la pareja de la mamá de Yanina. Lo cierto es que la madre
le pidió a la joven que permaneciera más tiempo en la casa y que junto a
Leguizamón debería cuidar el lugar. Fue el comienzo del horror.
"A
los pocos días comenzaron las torturas y los golpes hacia ella y los
niños. Ella incluso contó después que él le cerraba las ventanas y las
puertas para que no saliera. Y si lo hacía, lo hacía acompañada por él.
Incluso los vecinos dijeron que siempre estaban juntos. A la hermana de
Yanina, cuando la fue a visitar, Leguizamón no la dejaba ni estar. Ya en
ese momento notó que tanto los chicos como la mamá estaban llenos de
moretones", relató González a este medio.
En los días que
convivió con Leguizamón, Farías, de acuerdo a este relato, fue sometida a
violaciones, abusos y golpes hasta que finalmente llegó la tarde del 6
de agosto de 2017.
Yanina no pudo ver a sus otros dos hijos
durante el tiempo que estuvo detenida en Magdalena. Por algún motivo que
no tuvo explicación, se lo prohibieron. Recién con el comienzo del
juicio, el pasado 29 de marzo, pudo estar con ellos.
"Es grave
porque no le dejaron ejercer su derecho como madre. No puede estar en
esa cárcel. Debió haber tenido salidas transitorias y no pueden
prohibirle ver a sus hijos. Ella los estuvo viendo sólo recién cuando
comenzó el juicio. Ella solo los ve un ratito en cada audiencia. Es una
de las tantas violaciones en su contra", dijo la integrante de REDI.
Leguizamón
y Farías enfrentan el juicio juntos, como si hubiesen sido cómplices.
"Es una barbaridad", dijo González, quien aseguró que otro resultado
distinto a la absolución no será aceptable.
Cree que a Yanina se
la juzga por "mala madre" y se deja de lado el sinfín de pruebas que hay
acerca de los abusos y la violencia a la que fue sometida por el
asesino de Xioamara pero también en su vida. Una vida sumida en la
pobreza y sin contención alguna de la familia ni del Estado. De hecho,
entre varios detalles, la joven madre ni siquiera tiene documento de
identidad y se desconocer quién es el o los padres biológicos de sus
tres hijos. "Hace falta una perspectiva de género en la Justicia",
pidió.
"A ella se la juzga por no haber sido la garante de la
vida de su hija. No la defendió y no evitó su muerte, por eso decimos
que se la acusa de "mala madre". Porque hay todo un concepto alrededor
de la madre y de lo que tiene que hacer, aún a riesgo de nuestra propia
vida", señaló.
Para Alejandro Bois, abogado defensor de Farías,
la violencia que padeció su clienta fue la causa primaria de que no haya
podido defender a la beba. "Por su posición de vulnerabilidad ante
Leguizamón y por la violencia que él ejerció durante bastante tiempo era
casi imposible que se defendiera y que defendiera a su beba", dijo el
letrado.
La controversia del "retraso madurativo" de Yanina
Durante
el juicio, la defensa sostuvo que Yanina podría tener un retraso
madurativo. Esto surgió del relato de las hermanas de la joven, quienes
dijeron que en algún momento durante su etapa escolar, las maestras le
recomendaron a la familia que Farías fuera a una escuela especial por
una posible falencia en su capacidad de aprendizaje. Repitió quinto
grados dos veces.
Nunca lo hicieron y por ende, jamás obtuvo un
certificado de discapacidad. Sin embargo, al sobrevolar la posibilidad
de que la acusada presente este cuadro, para su defensa se trata de un
elemento clave que podría beneficiarla judicialmente, ya que la ubica en
un lugar de completa vulnerabilidad.
"A partir de esto, el
tribunal ordenó pericias y pidió que se ampliaran porque hubo una
presentación al respecto de Adajus (Programa Nacional de Asistencia para
las Personas con Discapacidad en sus Relaciones con la Administración
de Justicia), otra de REDI y escritos del CELS (Centro de Estudios
Legales y Sociales) que hablaban del retraso madurativo de Yanina",
contó González.
Además, con el apoyo de la Asociación Pensamiento
Penal y la Comisión Provincial por la Memoria (que se presentó como
amicus curiae para acompañar a la joven), REDI pidió que Adajus
participara en las pericias.
"No necesariamente los peritos
tienen un enfoque basado en el modelo social de la discapacidad. Con la
ratificación de la Convención de los Derechos de las Personas con
Discapacidad, pasa a basarse en este modelo que contenía las barreras
sociales, no es algo netamente orgánico. El Tribunal hizo lugar pero el
área de Pericias no permitió que Adajus presenciara las pericias",
lamentó la integrante de REDI.
Las pericias finalmente
mantuvieron la mirada biológica y resolvieron que Yanina no presenta
discapacidad, un golpe a la estrategia a la defensa. "Quedó demostrado
el retraso madurativo, que más tiene que ver con el contexto social en
el que estaba Yanina, que no le permitió desarrollarse correctamente",
dijo el abogado Bois.
En ese sentido, González remarcó que para
ellos quedó claro que no tenga discapacidad, a pesar de que Tribunal que
no la tiene. "Ella fue víctima de violencia prácticamente desde la
cuna. Ni documento tiene. Eso sí lo evidenciaron las psicólogas porque
el Tribunal no lo hacía. La vió como victimaria y no como víctima",
concluyó.
Se acerca el final
El viernes por la
mañana se llevó a cabo una de las últimas audiencias en el Tribunal y se
aproxima la etapa de los alegatos. Pero no fue una más. Por primera vez
declaró la acusada y tras una solicitud de su abogado, lo hizo sin la
presencia del asesino de su hija. Contó con lujo de detalles lo que
vivió con él y ratificó que fue su víctima. Fue un relato consistente,
duro, pero dijo todo lo le pasó, confirmaron a este medio. Reiteró que
el asesino de su hija la violó y la golpeó tanto a ella como a Xiomara y
a J.G.. Le hicieron relatar muchas veces el episodio y revivir el
horror del momento en que Leguizamón molió a golpes a la beba. Contestó
todas las preguntas que le hicieron los jueces, el fiscal y por supuesto
su abogado.
A pedido de Bois, el próximo martes se realizará una
nueva declaración del perito forense que intervino sobre la hija y se
espera que el próximo viernes 17 se lleven adelante los alegatos. Será
la audiencia previa a la sentencia. Según dijo el abogado, existe la
posibilidad de que el fiscal finalmente desista de acusar a Yanina de
homicidio y simplemente la acuse de abandono de persona, lo que
implicaría una pena menor.
El letrado cree que la movilización
que generó el caso fue importante para que se empezara a ver de otra
forma, aunque se mantiene cauto porque todavía no se sabe si Altube, que
siempre se mostró con una posición dura hacia la acusada, rebaje la
acusación. "Si la fiscalía mantiene lo del homicidio agravado por el
vínculo le dictarían prisión perpetua. Aspiro a que lo reconsidere",
añadió.
Por lo pronto, Bois contó el dolor con el que vive su
clienta desde que comenzó el proceso aunque remarcó que se siente
agradecida por el apoyo de las organizaciones que están de su lado.
"Ella vive con mucha angustia estos momentos. Se siente acompañada por
los cientos y cientos de organizaciones sociales, de derechos humanos y
de mujeres que están presentes. Es un aliciente en este caso de
características medievales", dijo.
"No deja de ser una
sobreviviente. Esto para ella es revivir el dolor que le causó la
pérdida de su hija de esta forma tan violenta como es el femicidio
vinculado. Por eso pedimos su absolución", concluyó.
Yanina
cumple hoy 32 años y debe festejar lejos de su casa, a la espera de la
resolución final. Las organizaciones sociales que le dan apoyo están
tratando que el padrastro de la joven lleve a los chicos al penal así
pueden pasar el día juntos. "Lo vemos muy difícil pero vamos a hacer el
intento. Otra muestra más de su vulnerabilidad", confiaron. (infobae)