El cartel amarillo y blanco del Gobierno porteño que anunciaba la “demolición” en un terreno de Barrio Parque encendió todas las alarmas. La confusión se disipó rápido, pero la polémica se quedó: la histórica Casa Obarrio o Palacio Bergamali, ubicada sobre la calle Manuel Obarrio al 2900, no será derribada, sino puesta en valor y refuncionalizada como parte de un proyecto inmobiliario en el terreno lindero, que sí fue demolido.
Según supo Noticias Argentinas, la casona neoclásica, considerada una joya de este barrio diseñado por Carlos Thays a fines del siglo XIX, no está en riesgo. El proyecto, aprobado por la Secretaría de Desarrollo Urbano, consiste en preservar la residencia y destinar el terreno contiguo —que no contaba con protección patrimonial— como expansión y esparcimiento para el petit hotel histórico.
La confusión surgió cuando vecinos del Área de Protección Histórica (APH3 Grand Bourg y Palermo Chico) detectaron el cartel de obra y un QR que llevaba a la palabra “demolición”. La noticia se viralizó, recordando otros episodios en los que desarrollos inmobiliarios vulneraron las normas del barrio. La situación se aclaró después de que los arquitectos responsables explicaran a Clarín que la casona firmada por el arquitecto Israel Arslan se mantendrá intacta.
La historia del Palacio Bergamali reúne las huellas de la inmigración armenia y el urbanismo porteño. La residencia perteneció originalmente a la familia Bergamali, cuyo patriarca, Armen Bergamali, fue un influyente empresario textil y dirigente comunitario a comienzos del siglo XX. El arquitecto Arslan, por su parte, fue autor de la Catedral San Gregorio El Iluminador en Palermo y benefactor de numerosas obras para la colectividad.
El propio trazado de Barrio Parque lleva la firma del paisajista francés Carlos Thays, quien ideó este barrio-jardín como una de las áreas residenciales más elegantes y verdes de la Ciudad. Desde 2000, el sector cuenta con protección patrimonial, aunque las excepciones y convenios urbanísticos suelen encender debates sobre su futuro.
En este caso, la comunidad vecinal celebró que la casona se mantenga en pie, aunque todavía persisten cuestionamientos sobre otros proyectos cercanos que avanzan sin respetar las limitaciones de altura y volumen. NA
