Fue creada en 1976

El ojo del arte: La Soberanía, mujer e indígena

LA PLATA, 02-09-2024 | PUBLICADO POR REDACCIÓN

La escultura de una figura femenina desnuda que porta un arco, realizada por Páez Torres, es una de las piezas más destacadas del Jardín Botánico.


Especial El ojo del arte

El derecho constitucional define a la soberanía como el “poder supremo e ilimitado, tradicionalmente atribuido a la nación, al pueblo o al Estado, para establecer su constitución y adoptar las decisiones políticas fundamentales tanto en el ámbito interno como en el plano internacional”. Para el derecho internacional público es el “principio fundamental del estatuto internacional del Estado, consistente en la facultad de adoptar libremente sus decisiones y ejercer los poderes estatales. Entraña la summa potestas y la plenitudo potestatis. En la esfera de las relaciones internacionales, implica independencia e igualdad”.

El artista Domingo Páez Torres tenía una concepción personal sobre la definición de la palabra: “Por si a alguien no le queda claro cuál es el verdadero significado de la palabra ‘Soberanía’ y a quién pertenece… Ella es mujer e indígena. Nuestra ‘Matria’, nuestra ‘Madre Tierra’”. Así describió a su obra creada en 1976 con fibrocemento patinado imitación bronce a la que llamó La Soberanía.

Se trata de una figura femenina desnuda, que tiene en su mano derecha un arco y su mano izquierda está apoyada sobre su frente como mirando hacia la distancia. Su pierna izquierda flexionada descansa sobre lo que parece un tronco, mientras que la derecha hace el esfuerzo en punta de pie para sostener erguido a todo el cuerpo. La obra integra el grupo escultórico del Jardín Botánico junto a otras esculturas clásicas como La loba romana, L'Aquaiolo, el busto de José de San Martín y Amazona, entre otras.

Páez Torres había nacido en San Isidro, departamento de San Martín, en la provincia de San Luis, el 13 de mayo de 1920. Estudió en la Academia Provincial de Bellas Artes de Mendoza y luego en la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano entre 1939 y 1940. En Buenos Aires, donde vivió varios años hasta su muerte en 2001, trabajó como restaurador de esculturas de la Municipalidad y, en 1953, ocupó el cargo de Jefe de la Sección Monumentos y Obras de Arte.

Sus piezas escultóricas, entre las que hay monumentos, estatuas, bustos, fuentes y relieves, y que en su mayoría tratan de personajes de nuestra historia se encuentran en espacios públicos de San Luis y otras ciudades argentinas como Buenos Aires donde, además de La Soberanía, se destacan La Madre, en Parque Chacabuco; el busto de Enrique Santos Discépolo, en el Pasaje Butteler; y el Monumento al Perito Moreno. 

La escultura de La Soberanía es cautivante y, pese al desgaste natural del paso del tiempo, todavía luce majestuosa. En un plano que conjuga lo visual con un fuerte mensaje, la obra le da una mayor dimensión al significado de una palabra que, en los tiempos que corren, hay que resguardar de quienes intentan avasallarla. (NA)