Los bancos reabrirán desde el viernes 3 de abril por el término de tres días hábiles para atender exclusivamente el pago de jubilaciones, pensiones y planes sociales. Así lo acordaron las autoridades del Banco Central, el Banco Nación (en donde se concentra gran parte de esas operaciones) y la Asociación Bancaria, que nuclea a los empleados del sector.
El acuerdo fue que las entidades admitirán a las personas “con las distancias de seguridad previstas en la resolución sanitaria”, según informó el gremio. Para evitar riesgos de contagio, se dispondrá que en caso de exceso de público, este realice fila en la puerta de la sucursal. La dotación de empleados será reducida y saldrá de un registro de voluntarios entre el personal de cada entidad, excluyendo a los empleados que por su condición estén en condición de riesgo o tengan a cargo el cuidado de hijos o adultos mayores.
La medida responde al pedido del presidente Alberto Fernández de encontrar “algún mecanismo de habilitación” de la atención bancaria para atender el pago de estos beneficios. La semana pasada, cuando se dispuso un pago extraordinario para estos sectores, las colas frente a los cajeros automáticos fueron larguísimas, sin que se respetaran las distancias recomendadas por las autoridades para evitar la eventual propagación del coronavirus. Por eso desde el gremio no descartaron solicitar la ayuda de personal de seguridad para que no ocurran aglomeraciones.
“Pedimos racionalidad, agolparse en la puerta de los bancos puede ser problemático”, dijo en declaraciones radiales el titular de la Bancaria, Sergio Palazzo. “También pedimos que los que tienen tarjeta de débito les dejen el lugar a aquellos que no la tienen. Que les den prioridad a ellos y los que puedan quedarse en su casa que lo hagan”.
Además de la atención a jubilados, pensionados y beneficiarios de planes sociales, las autoridades tienen que tomar otras resoluciones sobre el funcionamiento del sistema bancario. En particular con los vencimientos de cuotas de préstamos y tarjetas de crédito, que al decretarse el cierre de las sucursales por el aislamiento obligatorio habían sido postergadas hasta el 31 de marzo y que podrían ser prorrogadas nuevamente.
(tiempoar)
