Por Gustavo Zadonardi (*)
Bienvenida sea la ausencia de censura en X, porque nos permite conocer la vocación autoritaria de los que dicen ser amantes de la libertad.
En medio de un fin de semana extra largo, el tristemente célebre Gordo Dan -creador del "brazo armado" de La Libertad Avanza- usó su cuenta de X para pedir que el presidente elegido por el 56% de los argentinos proceda a meter presos por decreto a periodistas opositores, "como hizo Alfonsín", dijo demostrando una ignorancia absoluta sobre un episodio que tuvo lugar en octubre de 1985.
Lo que sucedió realmente es que en octubre de 1985 -en pleno desarrollo del juicio a las juntas- Raúl Alfonsín firmó el decreto 2049 por el cuál 12 personas fueron arrestadas por estar presuntamente involucradas en una conspiración contra el gobierno radical, contextualizando el decreto en una seguidilla de atentados que crearon un cilma enrarecido. Entre los encarcelados estaban el general retirado Guillermo Suárez Mason, el analista político Rosendo Fraga, al periodista Jorge Vago y a Daniel Horacio Rodríguez, del diario La Prensa. Los detenidos fueron sobreseídos y recuperaron su libertad al cabo de dos meses, menos Suárez Mason que tenía algunas cuentas pendientes con la Justicia.
Esta aclaración viene a cuento de la respuesta del periodista Gabriel Levinas al impresentable Gordo Dan, que de inmediato pidió al presidente que lo meta preso. Todo esto no puede entenderse sin mencionar la violencia de arriba que marcó la diferencia y habilitó la violencia de abajo: el presidente dijo que los periodistas no son odiados en grado suficiente. La consecuencia de eso fue el cobarde ataque -cobarde porque fue por la espalda- a Roberto Navarro, con quien se puede tener muchas diferencias, pero ninguna justifica pasar a la agresión física y menos aún estando en democracia.
¿En que momento fue que la Argentina, ejemplo en el mundo por su gran esfuerzo de recuperar la convivencia democrática y por su lucha en defensa de los derechos humanos, aceptó que una manga de delirantes con berretín de cierto procesismo tardío, pueda llegar al poder por el voto popular? ¿Qué tiene que haber pasado para dejar el país "en manos de unos locos con carnet" que llegan al poder para demostrar que son una secta autoritaria? La respuesta a estas preguntas las tiene el peronismo, que a un año y medio de perder las elecciones no hizo autocrítica, ni empezó un proceso de renovación como sí lo hizo luego de perder en 1983.
Los que hablan de "periodistas ensobrados" quieren empezar a hablar de "periodistas encanados", a un decreto de distancia. Son los mismos que amenazaban a los zurdos usando esa palabra como el peor de los insultos. Son los mismos que durante la campaña llamaron "viejos meados" a las personas mayores que vieron venir este desastre y lo advertían y los que pedían romper relaciones con el Vaticano, insultando de todas formas y colores al Papa Francisco por ser un militante de la justicia social. Que nadie se llame a engaño porque ahora quieran ir contra la prensa, porque silenciarla es lo que necesitan para llevarse puesta a la república, tal como es su verdadero objetivo. En pocos meses tenemos la oportunidad de ponerle un freno en las urnas. No hay que desperdiciarla.
(*) Abogado. Periodista.