Los resultados de la prueba Aprender confirman el fuerte impacto de la pandemia, que afectó los aprendizajes de los estudiantes, en particular en lectura y escritura, cuyo aprendizaje requiere de la interacción con otras y otros y la reflexión compartida.
Los resultados de la provincia de Buenos Aires siguieron la tendencia del resto de las provincias argentinas, con una caída pronunciada en Lengua, sobre todo en las y los estudiantes pertenecientes a los sectores con mayor vulnerabilidad social.
Debe destacarse que hubo un crecimiento de 5 puntos porcentuales en la tasa de respuesta en relación a las Pruebas Aprender 2018 y un aumento en la participación de estudiantes de distritos con mayor vulnerabilidad social, que pasó de 53% en 2018 a 77% en 2021.
En Matemática fueron aprobados (con nivel avanzado y satisfactorio) el 54,0% de las/os estudiantes, resultados que en relación a los de 2018 marcaron una leve caída de 2.4 puntos porcentuales.
En Lengua se produjo el mayor retroceso, ya que fueron aprobados (con nivel avanzado y satisfactorio) el 56,9%, lo que marcó una caída de 18.6 puntos porcentuales en relación al 2018.
Analizando el resultado anterior según nivel económico, se advierte que en sectores de nivel socioeconómico alto, la diferencia de aprobados en relación al 2018 fue de 11.9%, mientras en los distritos más vulnerables, la diferencia fue significativa, de 31,2 % menos.
Sin dudas la pandemia agudizó las profundas desigualdades económicas, geográficas, distributivas, etarias, de género y educativas que atraviesa la sociedad, pese al compromiso de docentes, estudiantes y familias para sostener la enseñanza en sus hogares.
Las condiciones de estudio (acceso a dispositivos tecnológicos, competencia para el uso de los mismos, conectividad, espacio adecuado en la vivienda, posibilidad de acompañamiento pedagógico por parte de adultos) siempre son relevantes, pero en la pandemia cobraron un mayor peso específico.
La prueba se llevó a cabo en un momento en el cual las escuelas se encontraban transitando la “readaptación” a la presencialidad plena. Con la pandemia, sobre todo durante los primeros meses, se priorizaron fundamentalmente las acciones de revinculación y/o el fortalecimiento del vínculo pedagógico de las y los estudiantes con la escuela. Posteriormente, en la etapa siguiente, los esfuerzos se reorientaron en mayor medida al fortalecimiento y recuperación de los aprendizajes.