Mirada de una antropóloga

Susana Ortale: “Las principales responsables de las tareas en el hogar y las escolares durante el aislamiento social y preventivo, fueron las mujeres”

LA PLATA, 30-07-2021 | PUBLICADO POR REDACCIÓN

Por Agustina Berardozzi (@agusberardozzi_) exclusivo para Diario Platense.- Así lo afirmó una de las responsables del informe realizado en el Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales  de la UNLP, quien junto a un equipo interdisciplinario, llevaron adelante un trabajo de investigación dentro de los hogares de familias de La Plata, Berisso y Ensenada.


La antropóloga, docente e investigadora de la Facultad de Humanidades de la UNLP, Susana Ortale, compartió la experiencia del informe que realizaron junto a otras profesionales, que consta de un relevamiento sobre las condiciones de vida y educación de los niños de La Plata, Berisso y Ensenada durante el aislamiento social y preventivo ante el COVID19. “Es un trabajo en el que combinamos encuestas que fueron canalizadas en las escuelas en los niveles inicial, primaria y secundaria y entrevistas que realizamos al personal de salud, referentes comunitarios, docentes y hogares para ver como estaban sobrellevando la pandemia y el aislamiento”, explicó Ortale.

El proyecto fue realizado entre agosto y diciembre de 2020 y estuvo a cargo de un equipo interdisciplinario integrado por antropólogas, sociólogos, psicólogas, pediatras, nutricionistas y comunicadoras, pertenecientes al Centro de Estudios en Nutrición y Desarrollo Infantil (CIC/PBA) y al Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (IdIHCS- UNLP- CONICET).

En diálogo con Diario Platense, y refiriéndose al informe realizado, contó que el trabajo consistió fundamentalmente en determinar qué efectos se observaban en cuanto a el bienestar de los chicos y las chicas, principalmente lo que tiene que ver con el desarrollo, el estado de ánimo, cambios en la subjetividad, alimentación y en la actividad física, como estaban sosteniendo la trayectoria educativa y como lo resolvian. “Los resultados fueron obtenidos a través de una encuesta (ENCAI) que incluyó a 4.000 hogares con niños de 3 a 17 años asistentes a escuelas públicas y privadas de los tres municipios”, contó.

“Lo más interesante tiene que ver con los cambios en la vida cotidiana, con la reorganización de las tareas domésticas. Las principales responsables de las tareas en el hogar y las escolares, que se vieron sobrecargadas, fueron las mujeres. Y por otra parte, si bien pudimos ver que casi el 80%  disponía de servicios de internet, ese porcentaje era mayor en los que asistían a escuelas privadas y en los hogares donde las madres tenían niveles educativos más altos”, relató la antropóloga.

En cuanto a las tareas escolares, la especialista explicó que dos tercios de las familias encuestadas, recibían tareas por semana. La organización de las mismas por parte de los chicos y chicas era muy generalizada, y si bien las directoras de los establecimientos educativos señalaron un decaimiento del contacto con la escuela por parte de los chicos, un 90% estaba realizando las actividades escolares. La cantidad de horas, promedio que destinaban también era bastante elevada. En el 66% de los casos las horas promedio por día dedicadas a tareas escolares era de 2 a 4hs. “Las tareas que elevaban de las escuelas eran suficientes. Si bien no se logró recrear el entorno de inclusión de la presencialidad de diversos modos y desiguales vínculos, se sostuvo con un enorme compromiso de las familias y las escuelas”, relató.

Por otra parte, en las encuestas también se pudo ver cuestiones ligadas a la disminución de las actividades físicas y el mayor uso de las tecnologías de la información como recreación. “Aumentó también el patrón de sedentarismo. Y una cuestión que destacaban las madres era que el uso de dispositivos electrónicos para el aprendizaje era un aprendizaje en sí mismo también, no solamente como un medio o una herramienta, sino que aseguraban que obligó a toda la familia a familiarizarse y aprender a la fuerza”.

Por último, Susana Ortale aseveró que las madres observaron un incremento muy significativo en cuanto al lavado de manos, por parte de los chicos. “La adherencia a las normativas y a los distintos consejos como el distanciamiento, y el uso de barbijo fue muy frecuente. El hecho de elegir quedarse en la casa y no salir pese a extrañar el juntarse con amigos o recrear las rutinas anteriores a la pandemia, también fue representado por un gran número de chicas y chicos”, concluyó.