
Vale recordar que, para evitar la reproducción y proliferación del mosquito transmisor del dengue, así como una posible picadura, desde la Municipalidad de La Plata se recomendó a los vecinos y vecinas cuidar y desmalezar los jardines; cortar el pasto una vez por semana.
Del mismo modo, desde el área de Zoonosis local se aconsejó secar el agua de veredas y terrazas; eliminar cualquier elemento, envase o recipiente al aire libre capaz de acumular escasos volúmenes de agua limpia, como cubiertas y macetas en desuso; destapar canaletas y desagües obstruidos.
También se indica usar repelente en forma permanente y ropa que cubra las extremidades; cambiar cada 24 horas el agua de los floreros y bebederos de animales; pulverizar con insecticida para mosquitos los muebles que no tocan el piso; y colocar mosquiteros en las ventanas.
¿Qué lugares se pueden convertir potencialmente en criaderos?
En los hogares, los lugares donde pueden existir criaderos son: patios externos e internos, fachadas rotas con recovecos, cocinas, comedores, lavaderos, depósitos de materiales, baños, cocheras, entrepisos, balcones, maceteros, piletas rotas u obturadas que generen charcos, neumáticos, tanques de agua sin tapa, muebles en desuso, terrazas.
En los establecimientos escolares, además, se deben considerar como posibles ámbitos de criaderos: el entorno del edificio, aulas, talleres, laboratorio, sala de informática, bibliotecas, sanitarios, oficinas, predios destinados a la acumulación de materiales, pañoles, cámaras de montacargas y ascensores, salas de máquinas (bombas cloacales y de agua), intendencias y torres de enfriamiento.
En los barrios se puede detener el ciclo evolutivo del mosquito controlando especialmente vehículos en desuso, malezas y veredas rotas o desniveladas, canaletas rotas o tapadas, desagües rotos o tapados, caños rotos, charcos, recipientes de residuos sin tapa, envases de plástico o vidrio y árboles rotos. Además, se considera fundamental no generar los microbasurales